jueves, 31 de marzo de 2016

de abdominales con Macarte


nunca ubico bien las fechas pero recuerdo muy bien las escenas, los detalles, sé donde pasaron , sé lo que me hacen sentir,tampoco calculo bien las proporciones ni medidas de comida a la hora de comprar y de cocinar, no sé si tiene algun tipo de relación.Recordo bé les calces que portava el dia de l’assaig amb l’Escoffet,que va arribar mitja hora tard, i el Feliu, que tenia conjuntivitis, a Sabadell.

Siguen caminando como si nada, pero hay algo extraño,
convulsiones discretas del cuello,  movimientos inconexos del fémur, direcciones equívocas de pies, distracción muscular, también sonidos guturales.

Los hombres corren con los brazos arriba, muy estirados hacia arriba, como si una fuerte consciencia o enorme borrachera les hiciera sentirse inmensamente felices; luego la calma de los cuerpos y la sonrisa que brota y se añade a la sensación caliente y húmeda en los pantalones.

Escoffet de lleno

hi ha la dona que t’escolta i hi ha l’altra.
hi ha la dona que, amb la nit, esmussa la lluna i te la trobes, i hi ha l’altra.
hi ha la dona que veus
i l’altra. i la que voldries veure… i l’altra.
hi ha la dona-et sembla recordar-que et va fer perdre
el món de vista i hi ha l’altra. també
hi ha la dona que te la fa oblidar i l’altra, que també.
hi ha la dona i el vent, a lloure, que són parla
i són paraules i un somni que camina. i fuig. i l’altra.

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hi ha la dona que voldries conéixer i l’altra.
hi ha l’altra i la dona que no recordes
hi ha la dona i l’altra que voldries
oblidar…………..
hi ha la dona que estén la roba
o bé disposa la fragilitat del món i hi ha l’altra
hi ha la dona, feta carn, que és en la llum i és en la fosca
i hi ha l’altra, en la fosca i en la llum.
hi ha la dona i el sexe. també, el sexe. i l’altra.

una historia tranquila

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ellos dos aparecen con la calma que les da el conocerse, el saberse uno al otro. 
Cerquita uno de ellos se medio deshace por partes, el otro escucha y le coge el pie, los pies, o a veces le da la espalda; es como si ordenase y obedeciera, es como recoger las migas de pan que el otro deja.

Al llegar a un punto ruedan, uno pone su boca suavemente en diferentes partes del cuerpo del otro, el otro que no es tonto, se da cuenta y se las ofrece, le ofrece su sexo, su dedo meñique.

recordando pautas de lemon5

Punto 1. Lo familiar, el pasado, lo cercano. Repeticiones hipnóticas infinitas, loops, versiones.

Punto 2. El esfuerzo físico como catarsis que lleva a un estado de sumo placer y
alucinación, provocada perfectamente por uno mismo, por su cerebro, y
absolutamente irreal. Relacionado y derivado de ello aparecen los códigos
gimnásticos o de baile que con su simpleza y mecanicidad me trasladan a ese
mismo estado.

Punto 3. La lectura de textos de artistas como Giacometti o Lucian Freud.
Observando cualquier objeto (un vaso, un árbol), se contempla la belleza más
que en todas las obras colgadas en los museos. Otra vez para mí aparece ese
estado de sumo placer y alucinación anterior.

Continuo trabajando igual